Con el paso del tiempo los grifos de casa tienden a estropearse y a no funcionar de manera correcta, incluso a descolgarse. En muchas ocasiones este tipo de tareas las vamos postergando con tal de ahorrar algo de dinero contratando a un fontanero, aunque tienes que saber que si solamente gotea el grifo, no será necesario hacer un trabajo demasiado difícil, ya que solamente con cambiar la arandela o la pieza que falle, será suficiente. Incluso si hay que cambiar el grifo entero no hay por qué asustarse, ya que no es tan complicado como puede parecer, especialmente si se cuenta con las herramientas adecuadas. Pero si no tienes idea de cómo hacerlo, vamos a darte algunos consejos para ello.
Lo primero que hay que hacer a la hora de cambiar un grifo, es ver cuántas aberturas tiene y la distancia a la que están. Casi seguro que tendrás que mirar por debajo para asegurarte. Es importante que conozcas qué grifo vas a necesitar para elegir el correcto reemplazo.
Si quieres que el mismo te dure más tiempo, opta por uno que sea de calidad. Se pueden encontrar grifos que cuestan entre los 15 euros y los 300. Lee por Internet opiniones y seguro que te ayudarán a elegir el grifo con la mejor calidad precio y con las prestaciones que necesitas en realidad.
No olvides seguir las instrucciones que te diga el fabricante a la hora de montar el nuevo grifo, ya que de esta manera vas a tardar menos tiempo y no te resultará muy frustrante la operación.
Si no tienes una llave inglesa, puedes adquirirla por menos de 15 euros y te va a resultar muy útil a la hora de cambiar el grifo, ya que con ella vas a poder acceder a la zona que está detrás del fregadero y podrás quitar las tuercas de los lados. Cuando lo hayas hecho, pon todas las tuercas y los tornillos en un lugar seguro.
Es muy importante que la zona en la que vas a cambiar el grifo se encuentra muy bien iluminada para ver todo de manera correcta mientras trabajas. Una lámpara portátil o una linterna también te puede resultar de ayuda.
Debajo del fregadero tiene que haber dos líneas de suministro que salen desde la pared y que suben al grifo. Cada una tiene una válvula, una para el agua fría y otra para la caliente. Gira las dos hacia la derecha y tendrás el paso del agua cortado.
Afloja la tuerca del tubo que está por encima de la válvula y levanta los tubos. Saldrá el agua contenida por lo que se recomienda tener a mano una toalla para limpiarla. Retira después las tuercas que sujetan el grifo con la llave inglesa. A veces las roscas tienen mucho recorrido o pueden encontrarse deterioradas, por lo que debes tener paciencia.
Friega el lavabo bien antes de cambiar el grifo. Lo mismo tienes que raspar para quitar los depósitos de cal. Con el vinagre podrás hacerlo fácilmente ya que estas incrustaciones pueden dificultarte la instalación adecuada del grifo.
Fija al nuevo grifo los tubos antes de hacerlo en el fregadero. Después pásalo a través del agujero, aprieta bien la tuerca y para antes de llegar al tope para ver si ha quedado el grifo bien recto. Cuando lo hayas comprobado, termina de apretarlas, mete los tubos en las válvulas que hay debajo del fregadero y aprieta muy bien las tuercas.
Abre el agua para comprobar que no hay ninguna fuga, espera unos diez minutos y repite la misma operación. Si todo está bien, el trabajo se ha terminado, si no es así, aprieta las tuercas bien y verifica que no se escapa el agua por donde no debe.